El calostro. El inicio de la lactancia

El calostro es la sustancia que se produce en el pecho durante los primeros días después del parto. Hasta que se produce «el bajón de leche», éste es el alimento del recién nacido. Muchas madres dudan del valor nutricional del calostro y se angustian porque creen que no están alimentando a su bebé adecuadamente. Esta falsa creencia puede dificultar el adecuado establecimiento de la lactancia.

El calostro cubre todas las necesidades nutricionales del bebé, es un tipo de leche que segregan las glándulas mamarias durante el embarazo (en este caso se llama precalostro) y los primeros días tras el nacimiento del bebé. Es una sustancia muy alimenticia que cubre todas las necesidades nutricionales del bebé durante los primeros días. Suele ser un líquido viscoso y de color amarillento, que se compone de agua, inmunoglobulinas, proteínas, carbohidratos, grasas y otros.

Hasta que se produce el famoso «bajón de leche», generalmente entre el tercer y el cuarto día después del parto, el bebé se alimenta de calostro. En esta sustancia reside la primera inmunización del bebé tras su nacimiento, de ahí la importancia de que los recién nacidos se alimenten de calostro los primeros días.

Sin embargo, muchas madres creen que no tienen leche durante los primeros días y que el calostro es un alimento insuficiente para su bebé. Ésta es una creencia equivocada, el calostro cubre las necesidades alimenticias del recién nacido durante los primeros día de vida.

Falsas creencias sobre el calostro

Durante los primeros días tras el parto es frecuente que la madre se preocupe porque crea que “no tiene leche”.

El «bajón de leche» se produce, generalmente, entre el tercer y el cuarto día de vida del bebé. Por lo tanto, durante esos 3 ó 4 días, la madre percibirá que de sus pechos sale una sustancia viscosa, amarillenta.

Muchas personas piensan que esa sustancia, el calostro, no es leche, no alimenta y es insuficiente. De ahí que, en muchas ocasiones, se recomiende a la madre dar al bebé un suplemento de leche estos primeros días. Esta recomendación es del todo equivocada, puesto que el calostro alimenta al bebé suficientemente.

Además, el hecho de darle fórmula artificial al bebé implica que éste estimule menos el pezón de la mamá. Esta reducción de la succión del pecho materno provoca, a su vez, que se estimule menos la producción y secreción de leche, lo cual puede interferir con el comienzo de la lactancia.

Por tanto, la idea errónea de que el calostro no alimenta puede provocar un comienzo incorrecto de la lactancia materna.

Así pues, es importante que las futuras madres conozcan el alto valor nutricional e inmunológico del calostro, para evitar la ansiedad que produce el creer (equivocadamente) que no se está alimentando suficientemente al bebé los días previos a que se produzca la subida de la leche.

 

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